
Quizás la verdadera medicina contra el racismo sea emprender un viaje
Viajar y aprender son dos palabras unidas y no solo por letras coincidentes. Viajar es un placer, de eso no cabe duda. Pero no solo eso, además cualquier viaje puede ser una experiencia que te cambie la vida. Ayuda a ampliar horizontes y a ver el mundo de una manera totalmente diferente.
Un viaje a Irán que le cambió la vida
Un viaje te cambia por dentro. Te ayuda a crecer. A romper todas las barreras y si no que se lo pregunten a Kristina Paltén. Corredora Sueca que, decidida a acabar con todos sus miedos y prejuicios ha pasado 48 días corriendo sola por Irán. ¿Qué locura verdad? ¿Peligroso quizás? Pues parece ser que no.
En una entrevista concedida a una famosa revista de viajes Condé Nast Traveler, Kristina Paltén cuenta que recorrer este país ubicado en el golfo pérsico, ha sido una de las mejores experiencias de su vida. No ha encontrado más que personas amables y sinceras. Dispuestas a prestarle ayuda, a regalarle su comida y cederle un techo donde dormir.
Parece que la amabilidad no está reñida con el país de procedencia, España, Filipinas, Uruguay o Irán. Es el miedo a lo desconocido, a enfrentarnos a distintas costumbres lo que nos ciega y limita nuestra capacidad de soñar y disfrutar del mundo que nos rodea.
Ya lo dijo el escritor Estadounidense Mark Twain
“El viajar es malo para el prejuicio, la intolerancia y la estrechez de mente
y bien es cierto pues a pesar de lo que pueda parecer las semejanzas que nos unen son mayores que las diferencias que nos separan. Quizás la verdadera medicina contra el racismo sea emprender un viaje. Y de este modo comprender que, a 10000 kilómetros de nuestro hogar también podemos encontrar un abrazo cálido y una sonrisa sincera.
Publicado en El Comarcal

