
Ámsterdam para estos y aquellos
Ámsterdam es la ciudad que bien se podría definir como la ciudad de los olores. El inconfundible aroma a falafel que nos traslada a Marrakech, el de sus gofres de chocolate y tortitas a media noche, y por supuesto, el innegable olor de la hierba de la risa que inunda cada una de sus peculiares calles. Y que por supuesto, se adivina claramente al pasar cerca de alguno de sus famosos Coffee Shop.
La libertad convertida en ciudad
Ámsterdam es única, libre como ninguna, rebelde e inquieta. Incansable, insaciable e irreverente. No hay un lugar en el mundo que la iguale, dónde al sexo le han dedicado todo un barrio y han conseguido que no sea vergonzoso, ni escandaloso. Allí los transeúntes curiosos ojean, algunos tímidos otros morbosos, sus escaparates sin vergüenza.
Dicen que llegaron a mostrar también a hombres pero el negocio no daba dinero. Hoy en día, sólo hay mujeres trabajadoras que lucen sus encantos entre luces rojas de neón y carteras llenas.
Si eres listo guardarás la cámara fotográfica si no quieres que tu bien más preciado termine sus días hecho añicos en la acera del Barrio Rojo. Ahórrate el disgusto y disfruta de la extravagancia que ofrece Ámsterdam.
¿En qué lugar del mundo se pueden encontrar tantas comodidades y curiosidades al alcance de la mano? ¿En qué lugar del mundo se puede sentir tanta libertad? René Descartes
Ámsterdam una ciudad muy «ECO»
De día la ciudad se vuelve aún más cautivadora. Las bicicletas se han convertido en mucho más que un transporte ecológico, son el icono de la cuidad. Impresiona ver los parking para bicicletas, a los que en España no estamos acostumbrados, sobretodo el que está situado en la Central Station de Ámsterdam de tres plantas y abarrotado de ellas.
Algunas están abandonadas, olvidadas y oxidadas, otras amontonadas, pero la gran mayoría están cuidadas con esmero, al fin y al cabo es el medio de transporte más importante de la ciudad. Cuentan que una vez al año deben limpiar sus canales ya algún despistado suele caer en ellos y la bicicleta acaba en el fondo. Que sean el transporte más ecológico no les libra de un buen chapuzón.
Un consejo, mirar siempre antes de cruzar ya que los ciclistas tienen preferencia ante los peatones. Así os ahorrareis algún que otro susto.
Una ciudad cosmopolita y moderna
En esta ciudad cosmopolita conocida como la Venecia del norte, destaca por encima de todo el característico paisaje que dibujan sus casas. Altas, armoniosas y elegantes, de tonos ocres y marrones, que se alzan ante los canales creando una sensación casi bucólica. Menos idílico se vuelve cuando te ves obligado a subir a un cuarto cargado con las maletas. Esas escaleras empinadas son también características de las viviendas Holandesas. Pero esto es parte de su innegable encanto.
Merece la pena escaparse y conocer la historia de la ciudad atravesando sus canales a bordo de un crucero fluvial. Mientras disfrutas de las vitas, el capitán narra anécdotas curiosas y divertidas acaecidas allí.
Y no hay nada mejor para finalizar el día que tomar una señora cerveza artesanal en Brouwerig de Prael un local

muy conocido y que no puede faltar en tú visita a Ámsterdam.
Como tampoco puede faltar la foto de rigor con las letras de I´M AMSTERDAM. Tan típico como la tortilla española. Una sobre la «M» otra debajo de la «T» los románticos se dan un beso delante de la «A» . Por supuesto las «Best friends» delante de la «S» de «Siempre amigas»
Ámsterdam tiene espacio para todos, estos y aquellos serán siempre bienvenidos.
Y si después de conocer la ciudad os quedan fuerzas podéis acercaros a algunos de los pueblos vecino, como Zaanse Schan el pueblo de los molinos, o Volendam un precioso pueblo de pescadores.

