callejuela Santillana del Mar
Cantabria,  España

Santillana del Mar, dulce, bonita y medieval

Atardece un día cualquiera en Cantabria. El sol comienza a caer y azulado cielo nos regala una magnífica estampa de sí mismo…si, todo precioso pero, llueve porqué estás en Cantabria y lloras, porqué tu plan de playa se ha evaporado como hielo bajo el sol a 40 grados. ¡Vamos a ver alma de cántaro! que Cantabria tiene mil joyas que descubrir y Santillana del Mar está a tiro de piedra de cualquier punto del mapa del mundo (vamos que si no la conoces y vives en las Maldivas ya estás tardando)

Santillana del Mar

Santillana del Mar, pasea, goza y come dulces sin dudar

Si eres de los míos, un goloso empedernido, puede que lo primero que encuentres al llegar a Santillana del Mar (juro y prometo que sin buscarlo) sean los dulces de las monjas del Convento de San Ildefonso. Sus pastas son el inicio perfecto para un paseo de cuento por las empedradas calles de este precioso pueblo medieval.

La magia de Santillana envuelve a todo el que pisa sus emblemáticas callejuelas. Las principales calles están claras. Tan solo tienes que seguir a todo aquel que camina embelesado. Con la mirada absorta entre escaparates de postres típicos y balcones floreados.

callejuela Santillana del Mar

Cositas chulas que ver en Santillana del Mar

Santillana del Mar huele a tradición, a naturaleza y a historia. En la Plaza Ramón Pelayo, conocida como plaza Mayor, además del Ayuntamiento, encontramos una gran cantidad de edificios históricos.

La Torre de Merino alberga el museo local, y la Torre de Don Borja es la sede de la Fundación Santillana. En la misma plaza están las Casas del Águila y la Parra y la casa del Marqués, esta última es un coqueto Hotel Boutique ideal para una escapada romántica en pareja (o en solitario, que también hay que automimarse de vez en cuando)

Un pelín más alejado de la plaza (no demasiado) se encuentra el Palacio y torre de Velarde (del renacimiento) o la Casa de Leonor de la Vega (madre del primer Marqués de Santillana).

Plaza Mayor de Santillana del Mar
Plaza Mayor de Santillana del Mar

Bajando la Calle Cantón, tras el lavadero y el abrevadero que data del S. XVI (y está en perfecto estado de conservación) se encuentra la guinda del pastel, la Colegiata de Santa Juliana.

La Colegiata fue construida a finales del S. XI y principios del S.XII por unos monjes. Su principal objetivo era repoblar la zona y viendo lo visto, parece que lo consiguieron. Aquí descansan las reliquias de la mártir Juliana. Es la patrona de Santillana del Mar y su fiesta se celebra el 28 de Junio.

Colegiata de Santillana del Mar
Colegiata de Santa Juliana

Cueva de Altamira

A tan solo 3 minutos en coche se encuentran la Cueva de Altamira. Su hallazgo supuso uno de los descubrimientos más importantes del mundo en arte rupestre paleolítico.

Fueron los ojos inocentes de una niña los que en 1879, fijaron su mirada en unas extrañas pinturas en la cueva. Los adultos prácticamente habían ignorado los grabados en la roca, pero María Sanz con sus 8 años y una curiosidad abrumadora, abrió el arte prehistórico al mundo.

Para preservar su riqueza, la cueva original se encuentra cerrada al público. No obstante, y para nuestra alegría, es posible visitar la Neocueva, la réplica que se encuentra en el Museo de Altamira  y que logra saciar nuestra sed de conocimiento (y esa vena cotilla que nos pide a gritos asomarnos al pasado)

Santillana del Mar no son «tres mentiras» es una gran verdad.

Y ahora ya sabéis ¡sigamos viajando!

 

 

 

 

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